El antiguo edificio, en muy mal estado, fue consolidado entre los años 2000 y 2003, conservando todos sus elementos culturales de interés y suprimiendo las dependencias anexas sin ningún interés ni cultural ni arquitectónico.
En el viejo molino (S. XV-XVI) convertido hoy en Sala-Museo, en donde a través de paneles informativos se explica el funcionamiento del molino y su historia. La entrada al hotel se realiza sobre la antigua balsa del molino, también recuperada. En la puerta, antes principal, hoy de conexión con el jardín, se puede ver el escudo de los señores de Sarriera.
En el cuerpo rectangular añadido posteriormente (S. XVII-XVIII), empleado como corazones de ganado y hoy en día convertido en SPA, se ha conservado la bóveda de piedra y las pequeñas ventanas elevadas. En la parte exterior del antiguo reloj de sol datado del 1783, también se ha restaurado manteniendo el que se podía ver del antiguo.
Entre los años 2003 y 2006, año en que el que fue inaugurado el hotel, se realiza la ampliación del viejo molino construyendo todas las dependencias anexas actuales (restaurante, sala polivalente, suites exteriores, etc.).
A nivel arquitectónico el concepto fue el de enfatizar los contrastes entre la parte vieja y la nueva, buscando la claridad en el lenguaje arquitectónico, y priorizando su integración en el paisaje, a través de los volúmenes, los colores y su disposición, siguiendo las líneas rectas del paisaje.
En palabras de su arquitecto, Josep Mº Deulofeu, el objetivo de la reforma fue siempre adaptarse al edificio antiguo, respetando sus estructuras e integrando las nuevas con éstas a la perfección teniendo como protagonista y poniendo en el centro siempre al molino.
En 2006 esta rehabilitación y ampliación del Molí del Mig, quedó finalista en los Premios de Arquitectura de las Comarcas de Girona, concedidos por la Demarcación de Girona del Colegio de Arquitectos de Cataluña.
